Omar Geles, el hijo que desde niño regaló alegrías

 

 

Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv

Estar cerca a la mujer que llora por ratos, pero no demora en reír por los recuerdos felices de su hijo Omar Antonio Geles Suárez, es algo que desborda el sentimiento. Es palpar el amor de una madre tocada por la bondad de Dios y paseándose por aquella época donde las dificultades eran el pan de cada día.

Ella es Hilda Suárez Castilla, nacida hace 88 años en Mahates, Bolívar, la cual con fe y esperanza nunca claudicó ante las adversidades. Al contrario, soñó con vivir la vida siendo toda una reina premiada con cantos.

Precisamente, su hijo le regaló no uno sino dos, siendo el titulado ‘Los caminos de la vida’, el cual tuvo la mayor fuerza del amor maternal y las vivencias unidas al corazón que continúa recorriendo el mundo en 34 versiones, siendo la primera grabada por Los Diablitos (Jesús Manuel Estrada y Omar Geles) en el año 1993.

Hilda Suárez, La mujer más dichosa del mundo, como lo señala, de esta manera recuerda aquella historia. “Cuando escuché la canción lloré, porque en pocos minutos Omar contó el trabajo que pasé para criar a mis hijos. Respecto a la ausencia del papá, lo dejé porque quería tener dos mujeres y así no era. Por eso luché para sacarlos adelante y hoy tengo unos hijos agradecidos. Esa canción le ha dado la vuelta al mundo. Es un tanganazo”.

Se quedó reflexionando y después comentó. “Imagínese que un presidente de México, no me acuerdo el nombre (Andrés Manuel López Obrador), en pleno discurso que pasó la televisión, pidió que le pusieran la canción ‘Los caminos de la vida’, porque era un ejemplo de salir adelante, así las cosas no estuvieran bien”.

Esa canción la compuso Omar Geles en el año 1992 al recordar las dificultades de la niñez donde su mamá era la heroína valiente, trabajadora y capaz, cuyo propósito era sacar adelante a su familia. La canción logró meterse en el alma de todos hasta convertirse en himno universal.

De esa dimensión es Hilda Suárez, la mujer quien no olvida los tropiezos donde no se podían aumentar los sueños a la carrera, tampoco vencer el desaliento al tener el viento en contra, pero sacó fuerzas de voluntad y al final cantó victoria.

Ella de esa manera aportó la mejor estrofa para que su hijo Omar, hiciera la célebre canción valorando la belleza de las cosas simples y siendo la mamá que construyó su destino con bases sólidas. Ahora, para ella los días son eternos teniendo que vivir noches acompañada de penas, sabiendo que la vida es una posada en el camino.

El compositor

“El pensamiento de mi hijo eran letras y música, por eso hizo cantidad de canciones. Era un genio”. En eso enmarcó Hilda Suárez, al Rey Vallenato del año 1989, dando cuenta de horas y horas concentrado en su oficio. “Cuando estaba en eso no le gustaba que lo molestaran porque le interrumpían la inspiración. El amor por el vallenato fue eterno y eso le sirvió para destacarse en su arte”. Ella, recalcaba sus palabras para que quedaran dos veces en la grabación.

De un momento a otro cambió de tema y al ver el afiche promocional del 58° Festival de la Leyenda Vallenata en homenaje a su hijo, se puso triste y lloró. “No me acostumbro a su ausencia. Es algo dificil porque significó mucho para mí por sus múltiples detalles. Me decía palabras lindas, me abrazaba, me daba la comida en la boca y como yo me dedico a hacer pasteles, me propuso que los vendiera más caros. La idea era ponerle una presa de carne más grande. Pasaron de 15 a 20 mil pesos, y se venden bastante”.

En un momento el silencio escondió la charla dentro del entorno de las añoranzas porque Omar Geles logró con pasión sus objetivos, comenzando como acordeonero, después compositor y finalizó como cantante. Luchó y ganó con determinación, recibiendo los aplausos necesarios para perpetuarse en el folclor. Después a ella, la felicidad al hablar de su hijo le iluminó el rostro.

Durante el diálogo narró una anécdota cuando su hijo siendo muy niño hizo una presentación en el Festival de la Leyenda Vallenata. “Omar tenía como seis años y subió a la tarima a tocar su acordeón. Entre los invitados estaba la cantante Claudia de Colombia. Ella al verlo tocar se emocionó. Después, un periodista le preguntó sobre lo mejor que había visto en el festival. Enseguida dijo que un pelao negrito la sorprendió tocando su acordeón”.

También contó sobre el hecho de Omar Geles aprender a tocar acordeón fue una bendición de Dios. “Esa historia es conocida cuando Roberto (Geles), le compró un acordeón a su hijo Juan Manuel, pero no quiso aprender a tocarla, en cambio Omar se enamoró de inmediato de ella y vea donde llegó. Dice el dicho, que al que le van a dar le guardan”.

Amor de madre

Al final Omar Geles la hizo protagonista de una nueva canción que tituló, ‘Lo que vivió mamá’, donde nuevamente cantó la realidad. “Hoy recuerdo cuando a mi mamá le cortaban los servicios, y salía con un balde a buscar agua donde los vecinos, y algunos le decían que no. Ay, pero mi vieja berraca, le puso el pecho a la vida, al mismo tiempo fue papá y mamá, cuando se quedó solita”. Dos canciones que encierran el amor hacía una madre, de ese hijo que le regaló alegrías desde niño.

Cuando se iban agotando las palabras, Hilda Suárez regaló una frase de esas que dicta el alma cuando el corazón está en línea recta. “Hijos, hijas, por favor quieran a sus madres, porque ellas siempre están llenas de ternura y nunca se cansan de amar”… Ella se quedó meditando y agradeciéndole a Dios porque le regaló a ese hijo, quien hasta sus últimos días la acompañó por los caminos de la vida donde quedaron cientos de huellas que marcaron la dirección correcta.