«Se nos fue Yoyo, un eminente médico»

 

Por: José Alfonso Martínez Mestre Villazón Castro

 

 

Con total pesadumbre y consternación en el día de hoy se encuentra la sociedad vallenata, llevando en su corazón colectivo una pena inmensa de difícil y pesado cargamento por la desaparición de un especial miembro de nuestra sociedad, que en compleja hora nos dejó para siempre.

“Yoyo”, llevando el nombre de Fredy como el apodo de su padre, que cariñosamente le llamábamos todos aquellos que tuvimos el privilegio de mencionarlo y conocerlo desde niño, fue uno de esos seres humanos que desde su moza niñez y pubertad demostraría lo que en su juventud y edad madura sería como fruto del ancestro familiar que lo vio nacer.

Hijo de mi compadre de “palitos” “Fredy” Pumarejo Cotes, de nombre de pilas Alberto, fue su padre, con quien me unió una estrecha y familiar amistad desde niños compartiendo juegos y travesuras en los campos de el Valle y solares de nuestras amplias casas donde festejábamos fiestas de carnavales y en cacerías de iguanas en la finca Casa de Zinc con asocio de “Mayo”, el cariñoso y astuto can que las aparaba en la boca, sin hacerles daños a los huevos y Finacha, la hija de la incansable luchadora por los derechos de la mujer Olga Riaño, fundadora del Colegio Femíneo Prudencia Daza, la cercana parienta mía por los Martínez, la infanta que a escasos años de edad, estudiando aún en Colegio de monjas, en Santa Marta fue conquistada como botín de amor por su príncipe azul para formar un ejemplar hogar constituyendo una pareja unidos en un eterno amor ejemplo para nuestra sociedad con sus hijos, en cabeza de Yoyo.

Juntos y sin saberlo, con quien sería su compañera para toda su vida, mi doble prima Maria Doris Villazón Castro hasta el día de hoy compañera de Yoyo cursaron sus estudios de Bachillerato el primero en el Ateneo del Rosario de Valledupar y ella en el Colegio de la Sagrada Familia de la misma ciudad, siendo su paternal suegro Julio Villazón Baquero, ejemplar hombre de nuestra sociedad el que entregó su vida al servicio de nuestra comunidad como gestor de considerables obras que engrandecieron a nuestra comarca y después de elegante boda de matrimonio a los ojos de la distinguida matrona vallenata y pujante empresaria Doris Castro Mejía partieron para tierras norteñas a continuar sus estudios superiores donde los culminaron con lujosos conocimientos.

Sus estudios superiores de Medicina, siguiendo los pasos de su abuelo materno el buen recordado médico y humanista Rafael Valle Meza y los de su tío el reconocido médico y científico Rafael Valle Oñate, los realizó en México, culminando la especialización de Reumatología, igual que la de su tío Valle Oñate.

Tras una larga y complicada enfermedad donde no se escatimaron ningún recurso para obtener su mejoría, sin acortando todo lo posible, el eminente médico Fredy Pumarejo Valle, descanso en La Paz del Señor lleno de congojo por parte de toda una conglomeración humana de amigos y familiares en retribución del aporte como médico y persona que le presto a la sociedad vallenata y a nuestra comarca en general, acompañándolo en el día de hoy a sus funerales y abrazando con cariño y dolor a todos sus consabidos, en cabeza de su distinguida, abnegada y amada esposa María Doris. Paz en su tumba.