Los inhumanos racionamientos de Afinia

 

 

Por Ramón Elías Duarte Quintero

 

 

Cada vez que Afinia del Grupo-EPM, empresa encargada de manejar la electricidad en los departamentos de Bolívar, Córdoba, Sucre, Cesar y 11 municipios del sur de Magdalena, anuncia trabajos de mantenimiento en redes y obras en la infraestructura eléctrica, y que por cuenta de estas acciones deben realizar suspensión del servicio de energía, se generan pérdidas económicas para los micro, medianos y grandes empresarios. Asimismo, el sufrimiento de los ciudadanos –usuarios por las intensas olas de calor, las que se disipan con los ventiladores y aires acondicionados.

Someter a un ser humano hasta doce horas de racionamiento en el Caribe, donde el clima es seco y tropical, sin una ventilación adecuada, puede causarle “agotamiento por calor con algunos signos como pulso rápido y fuerte, mareos, nausea y confusión” (MedlinePlus, 2023), llevando la peor parte los hipertensos, adultos mayores y niños.

Frente a esta realidad cabe preguntarle al señor Javier Lastra, gerente general de Afinia, si estas largas jornadas de suspensión del servicio son necesarias. Por qué interrumpir simultáneamente el servicio a más de 100 barrios cuando lo ideal es sectorizar para impactar a menos localidades.

En el pasado, la costa norte y en especial Valledupar y su área de influencia, sufrió los estragos causados por Electricaribe, lo que agotó la paciencia de alcaldes y ciudadanía con los consabidos resultados: su desaparición.

Después de tres años de la llegada de Afinia, la mala energía continua; dicen los usuarios que “es la misma loca con otro vestido y nombre”, y esto tal vez se debe porque sus acciones son similares a la nefasta Electricaribe, lo que ha llevado a sus usuarios a perder la confianza en ella. Electricaribe disfrazaba los mantenimientos con racionamientos y para que la historia no se repita, se debe nombrar una comisión de verificación integrada por veedores, periodistas y concejales, para hacerle seguimiento en terreno a los trabajos de mantenimiento y obras que ellos mismos anuncian, los que casi nunca un tercero revisa.

Por otro lado, cada vez que suspenden el servicio durante 12 horas, la carga tarifaria diferencial no se ve reflejada en la factura al siguiente mes; el valor llega igual o superior, cuando realmente debería bajar, como lo voy a demostrar en el siguiente análisis:

Hay una fórmula sencilla para hacer este cálculo, se trata de una regla de tres simple directa: dividir el valor del recibo entre 30 días para determinar el valor/día. Luego, dividir ese valor entre 24 para determinar el valor del consumo/hora.

Después, ese resultado (valor) lo multiplicamos por las 12 horas que duramos sin el servicio, y ese valor, que es significativo, debe restársele al valor total de la factura del siguiente mes.

Ejemplo: mi factura llega por un valor promedio mensual de 500 mil pesos.

500.000/30 = 16.666,667 16.666,667/24 horas = 694,444444

Este valor hora lo multiplicamos 694,444444 X12 horas suspendidas = $8.333,333

Aunque para mi ejemplo resulta un valor irrisorio, y para otras facturas de menor valor también, para los que pagan valores superiores al millón, si representa algo.

Ahora bien, sumemos estos valores o multipliquémoslo por 150 mil usuarios aproximados en Valledupar (en el Cesar tiene 252.613), castigando el valor del ejemplo, por un valor de $4.000 = son $600.000.000 millones de pesos.

Si ese mantenimiento lo hacen 5 veces al año, eso da la bicoca de 3.000 millones de pesos al año.

¿A dónde va a parar ese dinero calculado?

¿Quién se le mide a esta gesta de verificación por nosotros, los usuarios?

¿Se justifican estos “racionamientos” hasta x 12 horas?