Universidades del Magdalena Grande apuestan por la educación para la paz
Así se concluyó en “Espiral de la palabra: universidades públicas y educación para la paz en el Magdalena Grande”, una actividadpromovida por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz, en la que un grupo de académicos disertó sobre el tema.
La licenciada en Etnoeducación Zaine Arredondo Quintero, representante de la Universidad de La Guajira, señaló que allí impulsan la educación para la paz desde el programa de Licenciatura en Etnoeducación e Interculturalidad, en el cual la educación para la paz se piensa a partir del ámbito cultural, el respeto a la mujer, la palabra misma y los saberes ancestrales, lo cual denominan “tejiendo la paz”.
“En 2017, durante el cambio de la malla curricular, los profesores nos sentamos con consejeros ancestrales, con palabreros o junta mayor, comunidades y sectores populares, para decirles cómo queremos y cuál será el evento más prudente que pueda acercarnos a estos diálogos”, comentó.
A partir de lo anterior, hubo acuerdo en iniciar con el curso “Sostenibilidad de los posacuerdos para la paz de Colombia”.
“Creemos que la riqueza cultural étnica tiene que prevalecer de generación en generación, la resolución de conflictos parte de la seguridad alimentaria y del respeto colectivo”, enfatizó la licenciada Arredondo.
Por su parte la economista Luz Helena Díaz Rocca, de la Universidad del Magdalena, indicó que allí no tienen una cátedra de paz como tal, pero contemplan la posibilidad de implementarla de manera cooperativa con las Universidades Popular del Cesar, de La Guajira y la UNAL.
“La Universidad del Magdalena promueve la interculturalidad en comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en aras de conocer de cerca sus estilos de vida, tradiciones culturales y costumbres propias de las comunidades nativas con visitas pedagógicas de diferentes programas para compartir principios de inclusión, respeto y reconocimiento a la identidad y la diversidad”, aseguró la economista Díaz.
Anotó que cuentan con el Doctorado en Educación en Interculturalidad y Territorio, que apuesta a la formación y consolidación de una comunidad de investigadores que desde la interdisciplinariedad reconozcan el territorio y logren vincularlos a las dinámicas locales de educación.
La psicólogaRossana Camelo Mendoza, de la Universidad Popular del Cesar, dijo que sus apuestas están ligadas al programa de Psicología, que lidera procesos de formación para la construcción de paz como asignaturas y eventos específicos, además de la participación de docentes en la Mesa de Gobernabilidad y Paz del Sistema Universitario Estatal.
“El llamado del programa de Psicología es entender el conflicto, su narrativa, su discurso y complejidad desde cualquiera de sus campos y los trabajos deben estar dirigidos a las víctimas directas e indirectas. La psicología debe establecer puentes cuando se aborda desde un método cualitativo o cuantitativo, ya que el camino a seguir debe ser el reconocimiento de una realidad”, explicó.
Entre tanto, la antropóloga Lucía Meneses,de la UNAL Sede de La Paz, esbozó las iniciativas en paz y reconciliación que han adelantado en estos cuatro años: promocionar y poner en ejecución una línea de investigación y extensión, denominada “Superación de la guerra y construcción de paz en los territorios”, en la cual se dedicaron a conversar con instituciones de la región que habían trabajado en temas de paz para entender la región.
“Dictamos el diplomado ‘Conflictos por la tierra en el Cesar: una visión de futuro’, acompañando a líderes del Cesar, para lo cual nos apoyamos en11 organizaciones para presentar informes ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Dentro de la vida académica se han desarrollado dos semilleros que tratan el tema paz, cuatro proyectos de investigación y dos asignaturas específicas a temas de paz (cultura de paz y gestión de espacios de memoria)”, sustentó.
También destacó el Laboratorio de Paz Territorial, pensando la paz a pequeña escala, entendiéndolo como un espacio interdisciplinario en el que la Sede de La Paz se encuentra con los territorios y líderes para pensar valores sociales y colectivos que han mantenido unido al departamento a pesar del conflicto armado, analizar cómo estos territorios golpeados han sorteado la seguridad alimentaria y para conocer las problemáticas alrededor de la frontera y la migración.