Declaración del Presidente Gustavo Petro, al término de la reunión con el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden
Estuvimos hablando de varios temas cruciales; el primero, indudablemente, el tema de la crisis climática y cómo abordar la construcción de una economía verde en todas las Américas. Allí hablamos de la Selva Amazónica.
El Gobierno de los Estados Unidos se comprometió con US500 millones para el Fondo de Revitalización y allí hablamos de la posibilidad de cambiar deuda por acción climática en todo el mundo, a partir de los derechos especiales de giro del FMI (Fondo Monetario Internacional).
El Gobierno de los Estados Unidos, incluso personalmente, el Presidente (Joe) Biden se sintió interpretado por la propuesta, ya la había hecho respecto a otro problema hace muchas décadas y allí dijeron que estaban muy interesados en llevar al FMI la propuesta y volverla una realidad, lo cual sería una transformación del mundo muy importante, el cambio de deuda pública por acción climática.
El segundo tema tuvo que ver ya con lo que podremos llamar la construcción de una Alianza por el Progreso; cómo a partir del gran potencial de energías limpias de América Latina, construir una red de transmisión eléctrica a escala americana. El tema Colombia-Panamá aquí se vuelve fundamental.
Cómo ayudar en la construcción de una Reforma Agraria en Colombia, recordé la propuesta del Presidente (John Fitzgerald) Kennedy en su momento, la Alianza por el Progreso.
Lo articulamos en medio de la construcción de una política sobre las drogas mucho más eficaz, que el campesinado pueda tener mejores garantías y condiciones para producir cualquier cosa diferente a la hoja de coca.
Se comprometieron, también, en ayudar de manera permanente en esta política de Reforma Agraria que el Gobierno colombiano les ha propuesto desde hace ocho meses y ya nos fuimos después hacia materias más internacionales.
La semana entrante tenemos una conferencia, en una parte de la balanza está el tema de las elecciones en Venezuela, pero en otra parte de la balanza están las sanciones a Venezuela. Yo propuse que, en ese proceso, las conversaciones de la semana entrante y las que seguirán en México, gravitaran alrededor de construir dos rieles que pudieran impulsar progresivamente:
Uno, el cronograma electoral venezolano con garantías; la entrada de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que es la propuesta colombiana y, por el otro riel, una desactivación paulatina y progresiva de sanciones, de tal manera que llegáramos a una meta que al final es que el pueblo decida libremente, sin sanciones, sin presiones, su propio destino social y político.
Pues, ese tema no se tocó. No le escuché un planteamiento como ese, pero indudablemente aquí se conoce cómo ha recrudecido, después del proceso de paz con las Farc, las condiciones de violencia en varios territorios de Colombia.
No se condicionó, digamos, quedó planteado sobre la mesa una estrategia que es hacer primero elecciones y después levantar sanciones o, paulatinamente, en la medida en que se va cumpliendo una agenda electoral, se vaya también, paralelamente, levantando progresivamente esa agenda.
No, yo no soy mediador. Simplemente propiciamos un espacio, un espacio que se venía afectando en Ciudad de México y para destrabar, ofrecimos el espacio de Bogotá, una conferencia internacional, cerca de 20 cancilleres se van a reunir de Europa, de Estados Unidos, de América Latina, fundamentalmente para, con el Gobierno venezolano y con la oposición venezolana, establecer los mínimos de un gran acuerdo que garantice no sólo elecciones, levantamiento de sanciones, sino además la normalidad en la vida de todos los actores políticos en Venezuela.
Bueno, no hablamos de eso, vamos a tener unas presencias, digamos, políticas en Colombia.
No hubo ninguna contradicción con lo que nosotros dijimos, creo que quedó bien entendido que una cosa es fumigar una mata y a unos seres humanos, que son débiles económicamente, y otra cosa es perseguir el empresariado del narcotráfico, que se hace a partir de labores de inteligencia, de sus bienes, de sus dineros y que se hace a partir de la interdicción.
Solicité un poco más de ayuda en ese aspecto. Necesitamos más embarcaciones, más lanchas, más drones. Hasta ahora los resultados de la interdicción son buenos, comparados con los que se tenían en el mismo periodo en el Gobierno pasado; se ha triplicado la interdicción de insumos.
Digamos, hay un avance importante, no digo que completa, pero sí dificulta la economía ilícita de la cocaína. En Estados Unidos se están presentando también cambios de sustitución de consumos, que hay que estudiar más profundamente.
Los datos que tenemos, que no son concluyentes, pero que sí deben tenerse en cuenta para un análisis es que ha disminuido la demanda por pasta de coca en las regiones cocaleras de Colombia.
No es tanto el Canal de Panamá, es Panamá, porque las redes de transmisión eléctrica están integradas en Canadá, Estados Unidos, México, relativamente en Centroamérica, pero entre Panamá y Colombia no hay una red de conexión eléctrica.
Colombia está interconectada ya hacia el sur, entonces poder conectar eléctricamente Colombia y Venezuela es clave para hacer un solo sistema americano de transmisión eléctrica que, si se llena de energías limpias, sería uno de los factores de mayor ayuda en la descarbonización de la economía de los Estados Unidos.
Hablamos de migración. Relativamente, creo que ahí hay conciencia que, si no mejoran las condiciones económicas y sociales en los países de origen, pues de nada sirve criminalizar en los países de destino a los inmigrantes. Bueno, gracias.
Gobiernos anteriores compraron hace bastante armas rusas, helicópteros fundamentalmente. La posición sobre esas armas, hoy en poder del Estado colombiano es que no van a la guerra; ni van a Rusia ni van a Ucrania.