Un gran gesto tuvo el Papa Francisco al lavar los pies de 12 jóvenes presos y recuerda que Jesús no nos abandona nunca. El sumo pontífice se trasladó a una cárcel italiana para celebrar la Misa de la Cena del Señor.
En la tarde de este Jueves Santo, el Papa Francisco presidió esta celebración eucarística, conocida como Misa in Coena Domini, en la cárcel de menores Casal del Marmo, a 11km de Roma.
En su homilía, el santo Padre recordó que Jesús, antes de ser crucificado, lavó los pies de sus discípulos. Según el Pontífice, con esta celebración Jesús “quiere enseñarnos la nobleza del corazón”.