“Gracias por enseñarnos tantos valores”: mensaje de hijos de un desaparecido en San Carlos
Familias de cinco desaparecidos despidieron a sus seres queridos en Medellín, entre ellos a José Abelardo Ramírez.
Tras asesinarlos, la guerrilla y grupos de autodefensas enterraron a cinco hombres en fosas comunes en zonas alejadas en Antioquia y Valle del Cauca para que nunca los encontraran. Pero después de años de búsqueda, las hallaron y, ahora, frente a padres, hijos, hermanos y viudas reposan los féretros con sus despojos mortales.
Entre los casi 20 familiares que asisten en Medellín a la ceremonia digna de entrega de restos de víctimas, a cargo de la Fiscalía y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, están los hermanos César Esteban y Giovani Ramírez.
Allí, con la mirada fija en los cofres color marrón y la fotografía de su padre José Abelardo, recordaron que pasaron 18 años para encontrarlo y cerrar el duelo de toda su familia.
Giovani sabe que recuperarlo “es un descanso para todos nosotros, porque no sabíamos con certeza si estaba vivo o muerto, pero ahora que ya lo encontraron podemos llevarlo y darle cristiana sepultura para alivio de mi madre y demás hermanos”.
La última vez que lo vio con vida caminaba a su lado por un sendero hacia una reunión de campesinos en el municipio de San Carlos (Antioquia). Cuenta que a mitad de camino “salieron dos hombres y otro encapuchado y le dijeron a mi padre que venían a hablar con él. Entonces, me dijo que yo siguiera adelante, pero nunca llegó a la cita ni regresó a casa”.
A pesar de buscarlo en las veredas, no lo encontraron. Temieron lo peor, ya que por esa época “había mucha violencia, los dos grupos que se peleaban mataban mucha gente, había masacres y días antes se habían llevado a otras personas de la vereda y tampoco aparecieron”, recuerda Giovani.
El día previo y durante la ceremonia, un equipo psicosocial de la Unidad para las Víctimas orientó a los 20 familiares para prepararlos a afrontar este momento doloroso, tras conocer los hechos violentos en los que fueron asesinados, luego desaparecidos y cómo los hallaron e identificaron.
Medidas reparadoras
Los restos de los cinco hombres fueron exhumados años atrás por la Fiscalía en fosas comunes y cementerios rurales en el oriente antioqueño y el Valle del Cauca. En total, se completan 9.526 cuerpos de víctimas asesinadas y desaparecidas recuperados en Colombia y de estos, 4.959 ya fueron entregados a sus parientes.
La Unidad para las Víctimas también orienta a las familias sobre la ruta de reparación, mientras que el acompañamiento psicosocial dignifica y reconstruye la memoria de sus seres queridos ausentes, pero no olvidados.
Por eso, detrás de los ataúdes, los dolientes pegan sobre la pared del auditorio unas carteleras con fotos, dibujos y frases que elaboraron como ejercicio para preservar su recuerdo: “Te recordaremos siempre por ser un buen padre”, “gracias por enseñarnos tantos valores”, “ahora podrás descansar en paz”.
Para César Esteban, este apoyo de los sicólogos “nos ayudó a afrontar ese dolor de recibir esos restos de mi padre y cerrar este duelo de tantos años, porque hace mucha falta la compañía del padre y los mayores tuvimos que cuidar a los hermanos menores y trabajar el campo para sacar a la familia adelante”.
Según Wilson Córdoba Mena, director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, “como medida de reparación se ha brindado este acompañamiento psicosocial a más de 10.000 familiares de desaparecidos en estas ceremonias y durante las exhumaciones y más de 71.000 parientes ya fueron indemnizados con más de 520.000 millones de pesos”.
La entidad también financia el transporte, la alimentación, el hospedaje, la logística de las diligencias judiciales de entrega de los cuerpos exhumados y los sepelios.
En el registro único hay más de 56.000 víctimas directas y 137.000 indirectas (familiares) sujetas de reparación por el delito de desaparición forzada en Colombia.
(Fin/JCM/COG)