Vamos a vacilarla..

 

Por. Eduardo Santos Ortega Vergara.

Escuchaba al ex sacerdote Linero en una de sus acostumbradas manifestaciones y análisis del ser y lo que le corresponde a cada uno en función de lo social, para llevar una vida bien llevada.

«Uno tiene que ser feliz de donde es, donde está y con lo que tiene, por que hay mucha gente que solo es feliz con lo que no es, con lo que no puede y con lo que no tiene… si yo tuviera, si yo pudiera.
Nada, sé feliz con lo que puedes y tienes; yo me la vacilo, ese es un buen verbo, me la vacilo siempre»

La palabra vacilar, de acuerdo a la real academia tiene varias definiciones, algo inestable, que duda, algo que titubea; también se define como algo que engaña o se burla, que toma del pelo.

Pero a lo que se refiere ‘El padre’ Linero no es a nada de esto anterior.

Su definición va acorde con una persona que se la goza, que se divierte, que ‘la vacila’.

Sin esperar a que las cosas sean perfectas para disfrutarse la vida: ‘cuando tenga plata’ ‘cuando me gradue’ ‘cuando consiga trabajo’.

Siempre falta el centavito pa completar el peso y la idea, en este caso, es llenarnos de requisitos para ser felices con lo poco o nada que tengamos. Sencillo.

Si no tenemos para ir al mar a disfrutar de las playas, el río también es bueno.
Si la plata no alcanza para el carro, una moto es buena opción, o quizás la bicicleta. Pero no te amargues por eso.

La idea no es ser conformista, no es ese el mensaje, hay que trabajar duro, ponernos metas, luchar para cumplirlas, pero mientras llegan las cosas que creemos merecer, que bueno es disfrutar de lo que tenemos a la mano.

Disfrutar a lo bien, con la idea siempre firme de llenar de amor a los que esperan algo de ti.

Ser ejemplo de alegría, de optimismo y humildad para aquellos que se miran en tu espejo.

Muchas veces nos sustraemos de hacer cosas por el simple hecho que los otros no lo hacen; revisemos este tema y me cuentan si les ha pasado alguna vez: por ejemplo, yo no llamo por que a mí no me llaman; no visito por que él tampoco lo hace, nunca me visita.

Y las amistades se van enfriando y se pierden, pues el orgullo puede más.

En este caso la filosofía de Linero nos cae de maravilla, hay que vacilarla, llama… toma tú la iniciativa, visita y reconfortate en la amistad del ser que te recibe, sin juicios, sin odios, sin destiño.

Mira lo que yo hago de vez en cuando, que siento la lejanía de muchos amigos o seres cercanos a mi corazón, que ya no lo están tanto.
Me invento una frase, hago un poema o me inspiro en un mensaje bonito y lo comparto muchas veces. ¿Y con ello que ocurre? pues que a vuelta de correo, me llegan muchos mensajes, o pocos a veces, que reconfortan mi corazón, me hacen sentir bien y me condenan a ser feliz con los que me responden.

De esa forma yo la vacilo, como Linero. No es malo, es bueno, te invito a eso. Rompe paradigmas, quítate el orgullo de encima; eso no es fácil pero hay que intentarlo.

Sé feliz, ríe, abraza, sé generoso en tus abrazos y el cariño que brindes; responde con alegría, dibuja poemas que alegren a tu ser amado.

Esto que a continuación transcribo lo encontré en las redes; y es justo el mensaje que les quiero llevar con esta nota:
«Hay personas que han vivido su vida, desde la esquina del dolor y, no han perdonado lo que le dijeron o lo que les pasó… suelta la carga, el pasado solo existe cuando lo revives en tu presente y, solo te afecta a ti… a los que están a tu alrededor sufren inclementemente tus cargas…vacílate la vida…vive el resto de ella buscando felizmente aquello que te hace más feliz…y hazlo… tú lo mereces.

Otros en cambio, viven en amargura… la amargura es uno de los peores venenos para las relaciones interpersonales… procura ser y parecer, saca ese potencial maravilloso que existe en ti; perimite que los que te aman te disfruten y, dejen de huir de ti…»

En fin, son tantas cosas que te permiten vacilarte la vida.
¿Qué tal si lo intentamos?

Sólo Eso