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El final inesperado de una generación

 

Por José Luis Blanco Calderón

Esp. DDHH & D.I.H

 

Te debía  estas letras y no por ocupación había no escrito; sino por el poco valor de enfrentar el constante y amargo recuerdo de las imágenes de tu tempestiva partida y  que por siempre recordare. La pandemia  del covid 19, en lo personal  ha generado varías lecturas y reflexiones en diversos temas sociales como el decreciente comportamiento económico, las falencias de nuestros sistemas de producción y pervivencia bajo situaciones de riesgo o emergencia, asi como la capacidad de respuesta local para el manejo de emergencias y por su puesto las experiencias sensitivas, emocionales que salen a la luz por múltiples circunstancias evidenciadas a lo largo de estas situaciones.

 

Sin embargo  un punto de convergencia singular ha sido el imaginario colectivo frente al dolor que causa las reiteradas pérdidas de vidas humanas en lapsos reducidos, o al menos es la apreciación que deja ver  la conducta social.  Algo singular sucede en los conflictos armados como los casos latinoamericanos en especial Colombia, donde las personas reaccionamos de manera casi indiferente al elevado número de pérdidas humanas  sin asombro alguno,  no se trata de un caso de insensibilidad mas, simplemente es el resultado de la  sistematicidad en la que ocurren los hechos, causando asi la normalización de los mismos.

 

Ser testigos de muertes en decenas de conocidos, familiares , amigos y de personas muy especiales en el triángulo familiar  o célula de las comunidades  vistas como  esas personas mayores quienes tienen a cuesta la responsabilidad de haber conservado un legado, enseñanza y sostén para muchos. Este  sin sabor que puede traer consigo la realidad de la muerte, aun cuando conocemos que es la  estancia mas segura que podemos tener como seres humanos, alrededor de la misma existe un tabú con algo de temor y enfrentarnos a ella supone el reflejo de una experiencia desconocida.

 

Estas  expresiones guardan relación a la dura realidad la cual muchas familias han tenido que vivir a lo largo de esta dura pandemia por las repentinas partidas de nuestros seres queridos, en algunas ocasiones sin oportunidad de duelo espiritual.

Por la memoria  de quien con mucho amor llamamos en vida Fina perteneciente a una generación matriarcal, donde el símbolo de la mujer esta ligado al desarrollo integral común de la familia en sociedad y quien lamentablemente fue víctima del covid19,  que su inexistente adiós significó un vacío enorme para un legado que parece interrumpirse inesperadamente y que restaurarlo parece imposible aunque sepamos que al final no lo será.

 

 

 

 

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