El impacto ecológico y ambiental de Hidroituango dejará serios efectos para Córdoba y Sucre

Por Anibal Arcia Miranda
Los proyectos socios ambientales y mineros energéticos en Colombia, a lo largo y ancho de su geografía, estarían generando a futuro el 70% de la energía del país. En la cuenca del río Magdalena se perfilan al menos 33 proyectos generadores de energía eléctrica que cubrirían gran parte de la necesidad energética del territorio colombiano; pero así mismo se estaría desconociendo los impactos económicos y ambientales que se están generando a futuro con dichos proyectos, si se tiene en cuenta que este propósito no hace compensación alguna o regalías a las comunidades afectadas, pérdida de la biodiversidad o factores bióticos que conforma el ecosistema de la región, cambio climático o de temperatura que se centran en la zona afectada por el espejo del volumen de agua.
Normalmente se creía que este tipo de energía a través de una presa o hidroeléctrica eran poco impactantes, por tratarse de energías renovables, sostenibles y amigables con el medio ambiente pero no es así; el proyecto Hidroituango ubicado sobre el río Cauca entre el municipio de Ituango y Puerto Valdivia en el departamento de Antioquia y planeado hace años, está afectando al menos 12 municipios del bajo antioqueño.
Estudios geológicos señalan que el impacto comienza a reflejarse por ser una zona propensa a la sismicidad, además para la construcción del proyecto Hidroituango se utilizaron 4.500 hectáreas de tierra, que provocó la desaparición y el desplazamiento masivo de especies nativas de la zona por la deforestación y la tala de árboles tropicales así como de la perdida de fauna y flora; más cuando el río es desviado de su caudal y se comienza a perder la fuerza natural. El uso de suelos cambia su componente químico, sufre una transformación, desaparecen sus nutrientes (porque cuando se estanca el agua en la presa el suelo pierde su fertilidad), los cultivos propios de la zona tendrían que cambiar su rumbo, asimismo las pruebas recientes de los túneles de entrada y salida de agua de la presa ha dejado ver la disminución del nivel del río Cauca, provocando una mortandad de especies nativas del río que son propias de la región.
Municipios que han subsistido históricamente de la pesca y de las actividades fluviales que son propias del río Cauca, sin incluir la región de Córdoba y Sucre que es una de las más afectadas porque los volúmenes de agua en época de invierno inundaban a las ciénegas o pantanos de la región sucreña, a futuro no estarán; es aquí donde se forja un ecosistema perfecto de su entorno, se forma o se desarrolla el 80% de las especies y provee el sustento de las comunidades ribereñas. Ahora el panorama fluvial de loslugareños es incierto por los cambios que se avecinan en el uso de suelo y la poca cantidad de recurso hídrico que pueda llegar a la población.
La disminución en la reproducción de peces pronto se verá reflejada, por lo que el río no volverá a ser el mismo, el desvió de sus aguas o taponamiento impide a los peces el libre paso hasta la parte más alta que fue donde nacieron y así mismo bajar hasta la ciénegas donde se desarrollan y finalmente regresan de nuevo donde vieron un día la vida por primera vez, nazcan miles de peces y haya nueva reproducción en abundancia; lo que indicaría que no volverán a existir estos fenómenos o subiendas de peces propios de la zona, quedando afectada no solo la seguridad alimentaria, sino el componente biótico, la parte cultural y social, al igual que los ingresos económicos de toda una población que siempre ha vivido de la producción pesquera, turística, comercial y la libre navegabilidad por el río Cauca.
Los productores agrícolas que están alrededor del espejo de agua de la presa, más pronto que tarde comenzarán a quejarse por la baja productividad de sus cultivos nativos de la zona, como de hecho está ocurriendo con la construcción de Hidrosogamoso donde los campesinos están clamando por estar en desventaja con la baja producción agrícola ejemplo: cítricos, maíz, caña de azúcar café, asimismo cuando se les pregunta a los campesinos de la región existe una respuesta en la que es evidente y que obedece a una sola conclusión.
La represa genera un microclima que afecta cualquier productividad nativa que esté a su alrededor o en la zona, razón por la cual existe una variación de temperatura o un intervalo que no existía antes del proyecto. Es decir, si la temperatura del día era promedio 24C° y la noche 18C°, hoy la temperatura tiende a subir a 35C° a raíz del espejo de agua de la luz solar lo que indicaría que sí hay un cambio total de la temperatura, afectando la fauna y flora o especies nativas de la zona, en la que juega un papel importante la pluviosidad con la llegada de nuevos especies y plagas que se adaptan por la tipología de clima.
El caudal del río Cauca, aguas abajo, disminuyó notablemente por ser retrasado su curso normal. Este quedaría con el 30 o 40% de su caudal original, sin olvidar que muchos agricultores tenían el permiso de Corantioquía o la Corporación Autónoma de los Valles del Sinú y San Jorge, para captar el agua por boca toma para regar sus cultivos; ahora ya no lo podrán hacer por el bajo nivel de las aguas del río Cauca y la afectación o generación de gases que contrae el agua por la materia orgánica en descomposición que lleva el agua por la flora que fue sepultada bajo sus agua, más el caudal de aguas que recoge el río a lo largo de su recorrido de todos los municipios que vierten sus aguas residuales al mismo.
La materia orgánica en descomposición se puede centrar o acumular en la presa generando una emisión de gas metano que sube a la atmosfera, siendo este 68 veces más efecto invernadero que el CO2 y que de hecho se podría explicar cuando se abren las compuertas aguas abajo; aquí se podrían percibir los olores y color que esta produce, lo que significa que se estaría gestando una problemática en materia de salubridad con afectación directa a las comunidades menos favorecidas aledañas al cauce del río, que induciría un mayor impacto ambiental de cambio climático o a favor del fenómeno del niño por la sequía y cambios que esto genera.
Finalmente, los campesinos siempre han aprovechado la época de verano donde se podía utilizar las playas llenas de nutrientes cada que baja el río, para sembrar cultivos de yuca, maíz, arroz, fríjol y hortalizas. Hoy no lo podrán hacer porque el día que la presa, por orden administrativa, decida abrir las compuertas o sufra algún problema técnico, esta daría paso libre a las aguas río abajo y acabaría con toda la producción agrícola sembrada en las playas que tradicionalmente se cultivan por su época de verano, es decir ya los campesinos no podrán contar con esos tiempos de invierno y verano, economía que deja de existir generando cambios sociales en la población ribereña.