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Unidad y resguardo indígena kankuamo cerraron proyecto para el fortalecimiento de la soberanía alimentaria

Mediante convenio que incluyó atención psicosocial, se beneficiaron más de mil 800 personas de esta etnia de la Sierra Nevada de Santa Marta que fueron avasallados por el accionar de grupos armados.
La Unidad para las Víctimas y el resguardo indígena kankuamo, asentado en el norte del departamento del Cesar en comprensión de Valledupar, estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, dieron cierre al proyecto para el fortalecimiento de la soberanía alimentaria, mediante la recuperación de la producción agropecuaria, dando cumplimiento a todos los componentes diseñados para resarcir los daños morales, psicosociales y en especial los alimentarios, acaecidos a esta población indígena del norte de Colombia, en ocasión del conflicto armado en esta región del país.
El pueblo kankuamo que ocupa un vasto espacio geográfico en el norte del Cesar, en especial en las poblaciones de Atánquez, Guatapurí, Chemesquemena, Ramalito, Río Seco, Pontón, Rancho La Golla, Los Haticos, La Mina y El Mojao entre otros, fue diezmado por el accionar de grupos armados, generando pérdidas humanas, desapariciones, secuestros y un éxodo que incluso llevó a destacados miembros de esta etnia a salir del país por la persecución; otros debieron abandonar el territorio, dejando atrás sus familiares, plantaciones, cultivos y animales.
La Unidad mediante la territorial Cesar – La Guajira, suscribió el Convenio 1491 del 24 de septiembre de 2018 con Jaime Arias, Cabildo Gobernador del resguardo indígena kankuamo, para implementar el paquete de medidas ya citadas, mediante las cuales fueron beneficiadas 375 familias o el equivalente a más de mil 800 personas a quienes fueron reconocidos sus derechos, “perdí a mi papá a mi hermano y a mi hermana, que todavía la tengo desaparecida y la estamos buscando”, afirmó Ramiro Torres, víctima.
Pero siempre hubo una esperanza y la intervención de la Unidad en el restablecimiento de armonía, derechos y atención psicosocial del pueblo indígenaKankuamo marcó un hito en materia de reparación, “y así pude desahogarme de todo lo que llevaba por dentro, porque por el temor yo no se lo había comentado a nadie. Hoy nada podrá cambiar lo que pasó, las heridas quedan, pero también podemos afirmar que hemos sido atendidos y que tanto la Unidad de Víctimas como nuestro propio Cabildo Gobernador están trabajando, aquí están mis gallinitas y las vaquitas, vamos avanzando”, agregó Ramiro Torres.
Este convenio cuyo valor ascendió a los $2.608 millones 474 mil 850, pesos surgió de un esfuerzo conjunto en el que la Unidad destinó $2.213 millones 49 mil 850 pesos y el resguardo indígena kankuamo aportó $198 millones 325 mil pesos, sumados a otros $197 millones 100 mil pesos representados en bienes y servicios.
“Este convenio representa un hito histórico en el proceso de gestión y reconocimiento de los derechos a la autonomía y Gobierno propio de los pueblos indígenas de Colombia, al ser el primer resguardo certificado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP)., en firmar un convenio ya como entidad territorial con la Unidad para las Víctimas”, aseguró Juana Ramírez Gutiérrez, directora de la Territorial Cesar – La Guajira.
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