¿Se esclarecerá el crimen de John F. Kennedy?
Una ley de 1992 le dio a los Archivos Nacionales 25 años para publicar los expedientes sobre el homicidio. El plazo se cumple este jueves.
Sin embargo, los analistas advierten que no contienen grandes revelaciones ni harán desaparecer las teorías conspirativas.
La Comisión Warren, que investigó el asesinato del carismático presidente de 46 años el 22 de noviembre de 1963 en Dallas (Texas), llegó a la conclusión de que el mismo fue cometido por un francotirador solitario, el exmarine Lee Harvey Oswald.
Ese veredicto no logró nunca terminar con la especulación de que existía un siniestro y complejo complot para asesinar al 35º presidente de Estados Unidos.
Cientos de libros y películas, como «JFK» de Oliver Stone (1991), han alimentado la teoría de la conspiración, señalando a rivales de la Guerra Fría como la Unión Soviética o Cuba, la mafia e incluso al vicepresidente Lyndon B. Johnson.
El presidente Donald Trump anunció el fin de semana que había autorizado la publicación de los restantes 3.100 archivos sobre el caso, con decenas de miles, probablemente incluso cientos de miles de documentos.
La decisión está en sintonía con un acta del Congreso de octubre de 1992, que requería que los documentos sobre el asesinato que están en los archivos nacionales se hicieran públicos en su totalidad 25 años después.
«El presidente cree que estos documentos deben hacerse públicos en favor de una total transparencia, a menos que las agencias logren probar de manera clara que existe algún motivo de seguridad nacional para no hacerlo», dijo un funcionario de la Casa Blanca.
«Alimentar más teorías conspirativas»
Los expertos en esta materia están ansiosos por conocer estos documentos, pero advierten que no hay que alentar muchas expectativas.
«Muchas personas piensan que con estos documentos van a tener la solución definitiva para este caso», dijo Gerald Posner, autor del libro «Caso Cerrado», en donde se llega a la conclusión de que en realidad Oswald actuó solo. Sin embargo advirtió a la AFP: «Eso no va a pasar».
«Nadie echará a un lado su teoría conspirativa en base a unos documentos», dijo. «Simplemente dirán que otras pruebas siguen escondidas o fueron destruidas».
Larry Sabato, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Virginia y autor del libro «El medio siglo de Kennedy», aclara que Trump podría decidir -por recomendación de la CIA o el FBI- no publicar algunos documentos.
«Y cualquier documento que no publiquen alimentará más las teorías conspirativas», dice.
Los expertos están de acuerdo, sin embargo, en que los documentos arrojarán alguna luz sobre un episodio no muy conocido en la vida de Oswald: su viaje a Ciudad de México unas siete semanas antes del asesinato de Kennedy.
«Podría haber mucha nueva información, creo, sobre cuánto sabía el gobierno sobre Lee Harvey Oswald antes del asesinato», dijo Philip Shenon, autor del libro «Un hecho cruel e impactante: la historia secreta del asesinato de Kennedy».
«Sabemos, a partir de otros archivos desclasificados, que mientras estuvo allí (en México DF) se reunió con espías cubanos y rusos que en lo más álgido de la Guerra Fría tenían motivos para desear la muerte de Kennedy», dijo Shenon a la AFP.
¿Qué sabía la CIA?
«Él estaba siendo seguido de cerca por la CIA», dice Shenon, «La pregunta es ¿Qué tanto sabía la CIA en tiempo real, semanas antes del asesinato?».
La evidencia más confiable señala que Oswald era el francotirador en Dealey Plaza», donde murió Kennedy, continúa Shenon.
«Pero me parece que podría existir mucha información sobre los contactos de Oswald con otras personas», dijo. «Podría haberle contado a otros lo que iba a hacer».
Sabato afirma que la CIA y el FBI podrían presionar a Trump para bloquear la publicación de algunos documentos de manera de ocultar sus propios errores.
«Cuando ves las cosas de la manera más sencilla, las agencias dejaron que les estallara esa bomba en las manos», asegura. «Tenían todos los indicios de que Oswald era un desadaptado, un sociópata».
Pero ninguna agencia de seguridad alertó al Servicio Secreto, que es el encargado de proteger al presidente, sobre el peligro que Oswald representaba, señala Sabato.
La CIA también podría querer proteger la identidad de los mexicanos que eran informantes de la CIA, aporta Posner.
«Típicamente, ese tipo de cosas serían editadas, pero esta ley exige la publicación de los documentos sin ningún tipo de edición», comenta.
Oswald fue a la Unión Soviética en 1959 y regresó a Estados Unidos en 1962, fue arrestado poco después del asesinato de Kennedy y luego de que matara a un oficial de policía de Dallas.
Oswald fue a su vez asesinado dos días después por el dueño de un club nocturno, Jack Ruby, mientras era trasladado a la cárcel del condado.