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Cuando la violencia ha tocado varias generaciones

Casos lamentables de secuestro y asesinato se repite en una misma familia, los Hernández Hinojosa que se han levantado del temor y la tristeza para armar una fortaleza de valor.

Por Yanitza Fontalvo Díaz

Graciela Hernández Hinojosa, es una mujer valiente, líder del departamento del Cesar, fue directora del Icetex, Asesora de Paz del y Directora de Tránsito Municipal, entre otros cargos importantes, pero carga en su corazón heridas que sólo su fortaleza en Dios y una férrea voluntad por salir adelante las ha podido soportar y es el hecho de haber tenido en su familia hechos de violencia repetitivos desde sus ancestros.

La historia comenzó hace más de 100 años, con su bisabuelo el general Sandalio Rodríguez, quien luchó en la guerra de los ‘Mil Días’, fue asesinado en cautiverio y encontrado muerto en el río Maracas, jurisdicción de Becerril; su sable fue encontrado en el corregimiento del Desastre, San Diego, un pacifista que pedía mediante una carta, deponer las armas y por el que pedían 1.500 pesos de rescate, sin embargo no salió vivo del secuestro.

Cuenta Graciela Hernández, “Ha sido muy fuerte para nuestra familia tener que convivir con los casos cercanos a la violencia, cuando tenía cinco años, mi madre fue víctima de un secuestro en avión que tomó después de una cirugía en Medellín y lo desviaban hacia Cuba, pero al no tener suficiente combustible aterrizaron en Cartagena, allí un joven logró entrar a la cabina y logró desarmar al secuestrador”, pero las autoridades balearon el avión y su madre se salvó de morir cuando le rozó en el cuello una bala de fusil.

La violencia también llegó hasta su tía, Marilis Hinojosa, quien fuera juez de Becerril cuando fue asesinada, un caso muy sonado que las autoridades aún tienen en investigación. Su hermano, Carlos Darío Hernández, también fue retenido, pero no ha detenido su camino, hoy es propietario de la línea de buses Costa Line y sigue emprendiendo para la región.

Y como si fuera un estado cíclico, el dolor regresa, Jairo Hernández, tío de Graciela, fue secuestrado y asesinado en cautiverio, cuando sus hijos llegaron a llevar el recurso que le pedían, el grupo armado que lo tenía se percató que las autoridades estaban cerca y lo mataron.

 Irónicamente su sobrino, del mismo nombre, tendría el mismo destino, Jairo Hernández Hinojosa, hermano menor de Graciela, fue secuestrado por las autodefensas en el 2002, en ese momento era el hombre de confianza del gobernador de entonces, Rafael Bolaños, pero pese a los esfuerzos para conseguir el rescate, siete meses después fue asesinado.

“Esta muerte desencadenó una serie de sufrimientos, en nuestra familia, teníamos una conexión fraternal muy grande, cuando murió, no sólo lo perdimos a él, también a sus hijos, nuestros sobrinos que tenían cinco y siete años, tuvieron que partir a un país lejano, ellos siguen añorando el haber tenido que separarse de su entorno, ya son unos hombres y nosotros no los volvimos a ver”, reiteró Graciela.

“Mi madre aún no se recupera, tal vez haciendo huyendo del recuerdo su mente se ha perdido a causa del dolor, no tuvimos la reparación acostumbrada para las víctimas, cuando le hablaban a mi madre del tema decía, ‘Mi hijo no tiene precio’, eso no cambiaría su padecimiento”, puntualizó.

Pero no ha sido fácil, “para nosotros perdonar a esas personas que tuvieron que ver con el secuestro y asesinato de mi hermano en cautiverio, tenía un futuro brillante, era un hombre amoroso, extrovertido, alegre, por su dedicación iba a llegar muy lejos, su vida fue truncada”, esto generó en Graciela, amargura, odio y rencor, pero refugiada en Dios, hace el ejercicio de recordar sin rencor, “me siento una persona tranquila con ánimo para salir adelante”, dice.

Hoy vive con paz en su corazón, acompañada de su mascota ‘Marta’, una perra callejera que adoptó con cinco cachorros, y quien le dio el cariño para entender que el amor todo lo cura, “Marta es mi compañera, siempre está cerca de mí, es el miembro de mi familia más fotografiado y en cada parto pido más requisitos que el Bienestar Familiar para entregar sus cachorros, es entrega de parte y parte”, agregó.

Recuerda que en su cargo de Asesora de Paz, del departamento, tuvo que ayudar a muchos ex combatientes de las autodefensas, el grupo sindicado de asesinar a su hermano, “fue una prueba de Dios, pero me sirvió para mi sanidad interior, hoy creo en la paz”, indicó.

Las oraciones para que su familia sea protegida no faltan en su casa, levanta bandera de victoria y sigue emprendiendo junto con su único hijo, proyectos como parques didácticos para que los pequeños conozcan las normas de tránsito, aportan a un futuro de paz para nuestro territorio.

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